¿Por qué es necesario hacernos cargo de nuestros residuos orgánicos domiciliarios?

¿Qué sensación te produce sacar la basura, especialmente cuando la bolsa chorrea todo el camino de salida con esos jugos de colores oscuros y olores nauseabundos? ¿Te imaginas cómo se debe sentir vivir cerca de un lugar con la basura de miles de casas juntas en un sólo lugar? 

Esta es la realidad con la que deben convivir vecinas y vecinos de botaderos clandestinos o rellenos sanitarios, muchos de los cuales siguen operando aunque ya han llegado a su capacidad máxima. Son muchas personas que han visto afectada su calidad de vida por los olores, moscas, mayor riesgo de plagas y enfermedades. Sin embargo, nosotros podemos ser un granito de arena a la solución de este problema social. 

¿Sabías que la mitad de nuestros residuos son materia orgánica? Tallos de espinaca, hojas marchitas de lechuga, cuesco de palta, cáscara de naranja, pero también encontramos un pedazo de quesillo de se avinagró, restos de guiso de lentejas que nadie quiso comer o unos tomates que nos olvidamos de preparar.

Por eso el primer paso es mirar nuestro basurero porque nos dirá mucho de nuestros hábitos: ¿estamos organizando bien nuestras comidas? ¿estamos cocinando de más? ¿estamos comprando en cantidad adecuadas?. 

Los residuos orgánicos en rellenos sanitarios generan metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2 que se libera al momento de compostar. Es decir, también genera un impacto ambiental contribuyendo al calentamiento global. Además, un tercio de los alimentos producidos en el mundo son desechados cuando podrían haber sido consumidos, gran parte de este desperdicio se produce en las mismas casas. 

Entonces, hay dos grandes acciones al alcance de nuestras manos que podemos hacer para evitar generar más basura junto con todos los problemas ambientales y sociales que esto acarrea. Por un lado, reducir la cantidad de materia orgánica que desechamos planificando nuestras comidas, aprovechando mejor los alimentos como tallos y hojas comestibles y, por otro lado, hacernos cargo de la materia orgánica. 

¿Cómo podemos gestionar este tipo de residuos? Si eres entusiasta y quieres aprovechar de poder observar en familia el ciclo natural de transformación de la materia, puedes optar por una compostera o incorporar lombrices y elegir una vermicompostera, las que puedes hacer con tus propias manos guiándote por algún tutorial de YouTube o comprarlas listas.

Si no te gusta la idea del compostaje puedes optar por emprendimientos que, por medio del pago de una mensualidad, retiran los desechos orgánicos todas las semanas en la puerta de tu casa y luego de unos meses hacen entrega de compost o humus.

Por último, si ninguna de estas alternativas se acomoda a tus necesidades existe un drop off gratuito en Providencia del Sr. Compost. En este link puedes encontrar datos de retiro de residuos orgánicos y venta de compostores y vermicomposteras. 

¡Ánimate! Compostar no es para nada difícil y estarás haciendo un aporte a nivel social, ambiental y económico. Además, puedes transformarlo en una linda actividad con significado para hacer en familia.

 

Escrito por Francisca Amenabar @loquemaspuedo

 

Convivir con Basura: El futuro que no queremos

Reciclorgánicos: Glosario

 

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